Visita inesperada a Puno (Perú)

El bus hacia Arequipa pasa por Puno, y para continuar, en la terminal decido tomar el bus de las 9:30 pm, con la finalidad de llegar de día e incluso ahorrarme una noche de hostel. Recorro entonces un poco de las calles de Puno. Voy al Palacio de Bellas Artes, donde hay una exposición de la obra de tres mujeres, una de las cuales me recibe  estudiando quena de una partitura, con un violinista. Detrás del Palacio hay una especie de asamblea, aparentemente del gremio docente, sector primaria. Escucho denuncias sobre compañeros detenidos, sobre aumento salarial, entre otras cuestiones.

Después, en la plaza de armas, donde hay una gran catedral y queda la sede del Palacio de Justicia y del frente policial de Puno, se observa un círculo de personas con delantal. Ya antes había visto un cartel en lo que parecería ser, o un hospital, o una facultad de medicina, donde se anunciaba paro indefinido desde el 16 de julio. Pues bien, en la plaza parece estar corriendo también el momento de mítin, de los discursos referentes a la huelga médica nacional. Dicen que el salario que reciben los médicos del Perú es muy bajo con respecto a otros profesionales (llega a los 2000 soles que se reducen fácilmente a 1700), e incluso el monto es el más precario comparado con el que reciben los médicos de otros países, después del que reciben los trabajadores del área de la salud en Bolivia.

Me siento muy contenta de presenciar todos estos procesos, que incluso me sacan risas: cuando estoy viendo y escuchando la manifestación presidida por la federación de médicos peruanos (región Puno), irrumpe por todo el medio otro grupo de marchantes. Gritan arengas, y llevan pancartas... sobre la lactancia materna. Es una medida de promoción realizada en el marco de la semana de la lactancia materna. Ellos también ríen.

Después, tarde de trabajo. Me va muy bien tocando en los diversos restaurantes cercanos a la plaza, que, a la postre, me permiten conocer lo más cerca posible la gastronomía peruana, en materia de ceviches, pollos, pescados, carnes. Hasta alcanzo a ver una sopa de pastas, que me animaría a comer si no estuviera hecha con caldo de carne o pollo. Ya veremos qué me depara la cocina peruana. 

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