Una peregrinación involuntaria (Bolivia)

Caminando hacia esas cruces que siempre vi con curiosidad desde el pueblo, comienzo a escuchar ofrecimientos voceados de lancha hacia "el sapo" y hacia "la virgen de Lourdes" Las cruces, que al principio no sé muy bien qué son, si ruinas o qué, están ubicadas en la cima de un cerro a la izquierda del lago. El trayecto inicia rodeando el cerro hasta llegar a otro puerto, que es el lugar conocido como "la boca del sapo". Es un sector con muellecitos donde se ven muchos toldos blancos y azules, ahora un hervidero de gente. Se escucha a cada rato de esa pólvora que solo suena y explota sin iluminar, y también voceos a destinos tan cercanos como Copacabana, para caminantes flojos. Hay una fila de personas para "hacer el sapo", que consiste en pegarle con una roca pequeña a una roca grande, que supongo es "el sapo", con la finalidad de atraer la abundancia, la buena fortuna. Vale acotar que, según me ha parecido, el sapo está relacionado en estas tierras con la prosperidad económica, la riqueza material, o, en una expresión más acorde con la armonía andino amazónica, con la opulencia.

Después de estar en La boca del sapo, emprendo por enésima vez otro camino del inca, este en versión Copacabana. Termino haciendo un peregrinaje involuntario hacia donde están las cruces. En algunas partes del camino, ya llegando a la cima, se realizan ceremonias. Una mujer pasa un armadillo redondo, peludo y tierno sobre el cuerpo de otra mujer. Veo a la gente hacer nuditos en la hierba, y como es "para la buena suerte", hago el mío, con bastante torpeza debido al azare de no congestionar el camino, porque es mi primer nudito,  y porque se hace con la mano izquierda. Cuando parece que he llegado, me recibe una hilera de personas sentadas en un muro, creo que son familias que han pagado por ceremonias para la prosperidad familiar. Las presuntas familias están detrás de una línea de piedrillas. Más adelante hay muchas tiendas donde se venden diversos objetos ceremoniales:  fajos de billetes (de mentiras), sapos, casitas como de pesebre, edificios, carros de juguete, maletas pequeñas... hasta restauranticos, tiendas muy equipadas, consultorios, carpinterìas en miniatura. En un círculo ceremonial veo que tienen hasta un pequeño título de ingeniero de sistemas, y se me forma en la mente la imagen que también se dibujaría V, un título de abogado en la mitad de ese pequeño ritual.

El principal atractivo turístico-religioso del área es la virgen de Copacabana, ante quien se forma una larga fila de gente que, entre otras cosas, se toma fotos con los objetos que ofrendarán o por los que pedirán. En las cruces que están ahí arriba también hay vestigios de ritos. Sobre algunos muros de cemento que sostienen las cruces se escriben o dibujan cosas con cera de vela. Casas por ejemplo. En otra cruz ponen bolsitas rellenas con piedras , por lo que hay un montón de bolsas sobre las otras piedras que hacen la base de la cruz. Pese a varias tentativas, no logro averigüar qué función cumplen.

Tanto en los toldos de arriba como de abajo, (y en todas partes en realidad) se venden bebidas. Arriba predomina la cerveza: Paceña, Paceña ice, El Inca. Se venden también habas y helados de canela color fucsia. Obviamente me zampo uno, después de semejante caminata y con el sol que hace. En la parte de arriba hay además basura por todos lados, y mucho olor a berrinche, por lo cual sigo mi camino sin detenerme más de lo necesario.

Bajo un poco y llego al Mirador del Sagrado Corazón. En el centro está el Cristo con un letrero:

" Bienvenidos a Sagrado corazón de Jesús, 
donde se sauman - challan 
todos sus objetos deseados
autos casas dolores etc "

A mí no me gusta tanto esa espiritualidad interesada, que todo el tiempo pide por cosas materiales. Pero me gusta poder presenciar la multitud de aquí, el colorido que hay. Me acerca un poco más a la cultura local, en un lugar que une a peruanos y bolivianos en una misma festividad. Dos metros lejos del Cristo con su letrero, me siento al lado de una placa, que indica que este es lugar sagrado. Una "huaca" en quechua, donde

  "Se ubican dos cerros mellizos, uno macho llamado San Cristóbal y otra hembra llamada Santa Bárbara. para llegar a la cima se recorre un camino de gradas de piedra muy pendiente, que sigue las 14 estaciones del Via Crucis. Este lugar sagrado a su vez es un mirador natural desde donde se puede apreciar la Isla del Sol, la bahía de Titicachi, la comunidad de Chani, y la belleza [del atardecer a partir de las 5pm.]".

 En esta parte del sagrado corazón también hay muchas mesas ceremoniales, así como numerosas cercas de piedra en el suelo, rodeando lugares donde se practicaron ceremonias. Continuando el camino de bajada, descubro que lo que pensaba era fabricación de artesanías in situ es en realidad una forma de lectura del pasado y presente, con plomo. El procedimiento consiste en que el interesado saca con una cuchara un poco de plomo, y lo vierte todo junto en un balde de agua fría. Allí se solidifica instantáneamente en una especie de barquito, en el cual el poseedor de este conocimiento ancestral expresará en detalle lo que puede ver en el relieve del barquito. Llego por otro lado al pueblo, que sigue de feria, pero que comienza ya a desocuparse. Para mañana se espera que regresen muchos peruanos a sus tierras, y entonces viajaré yo cuando haya pasado la temporada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Corea del sur: Seúl y Seongnam-si

Corea del sur: caminando descalzos

Zürich (Suiza)