Un día perro entre Argentina y Bolivia

En el calendario armónico de 13 lunas o tzolkin maya, el perro es la figura arquetípica del amor. Representa la capacidad de entrega, la fidelidad, la incondicionalidad, pero también actua como advertencia para la atención sobre quién o qué recae esa entrega. Es un llamado de atención hacia la observación de la nutrición en las relaciones en las que nos involucramos, porque también a nosotros mismos nos debemos amor. Ayer, además de ser el día que correspondía al perro para los mayas, y primer dia de una semana de 13 días con el arquetipo del perro como objetivo, fue un día muy perro para mí, porque tuve varios encuentros inesperados, movilizadores, de esos que hacen reflexionar y abren puertas para el aprendizaje.

Cuando llegué a la frontera de Argentina y Bolivia, justo en la oficina de migraciones, diviso en Bolivia al par de mujeres con las que alguna vez intenté iniciar viaje. Después de abandonar Argentina y sellar mi pasaporte sin excesiva dilación, me las encuentro nuevamente en la terminal de Villazón. Ellas vienen con un caleño, quien a su vez se encuentra a otro colombiano en el bus que nos llevaría a todos hacia La Paz. Aunque el primer chico es tranquilo y respetuoso, el segundo es bastante problemático. Durante todo el camino me produce escalofríos las historias que cuenta sobre los delitos que ha cometido. Casi grita con orgullo que en Colombia era sicario, y narra como para todos los pasajeros sus "hazañas" en el mundo más degradado de la droga y la delincuencia. Cuenta lo difìcil que ha sido su vida, cómo perdió su brazo izquierdo, cómo le fueron causadas las múltiples cicatrices que guarda en su cuerpo, no tanto como vestigios sino como tatuajes de hechos hacia los que él voluntariamente fue encaminándose. Este tipo está loco. Me pregunto hasta dónde llegará su voluntad en todo lo que ha hecho y sigue haciendo.

Está todo el tiempo encima nuestro, buscándonos el lado, por lo que me afiebro a conversar con el primer chico, que està sentado a mi lado y también intenta evitarlo. Después de conversar por varias horas, lamento que para lograr abstraerme del ambiente pesado tenga que cerrar los ojos, simular estar dormida, fingir no ver, sentir, ni oir nada (pese a que estoy más alerta que un águila acechando),  mientras pasa por las ventanas un paisaje de montañas que llevaba anhelando por meses. Durante esas 16 horas de lenta tortura, en las que me cambio de asiento varias veces y en las que pronuncio unas dos o tres palabras hacia el tipo desagradable, interiorizo los buenos consejos de un amigo viajero, respecto a sentir la energía de la gente y saber alejarse.

No obstante, aquí estoy medio atrapada: es un bus y no debería tirarme por la ventana ni bajarme en cualquier paraje por lo insoportable de la situación. Se aplica el hacerse invisible, y saber decirle a la gente que "no" con la actitud. Hacerse respetar de forma tranquila. Me veo reflejada en actitudes de otros hacia este sujeto indeseable, y conjuro todo mi pasado para que se conglomere en un aprendizaje rápido, que pueda incluso usar antes de llegar a Metrallo, que me permita alejarme de presencias que no me nutren, y por el contrario, son dañinas e incluso peligrosas.

Un poco por ello, y también porque me sale mejor, parto hacia Copacabana con las 2 compañeras y con un  cordobés que me da muy buena espina (65 años, vende helados artesanales). Eureka. Parece que él es una buena persona, y nos pasa muchos datos valiosos para el viaje. Estoy aprendiendo la dinámica del perro. Y comienza un día nuevo. En taxi hasta el cementerio y en combi hasta Copa. Paisaje precioso. ¡Ver al Gran Titicaca nuevamente! Y por cierto, llegamos en un momento de gran actividad en el pueblo, desfiles por todas partes por haber festividad patria, y a la postre, las fiestas de la virgen de Copacabana, de viernes a domingo. Autos decorados y rituales sobre los carros (ofertando a la virgen sapos esculpidos, por ejemplo). Ruedas de cholitas y señores tomando cerveza. Bandas marciales, muchísimas artesanías. Qué días de perros, pero Mañana se ve prometedor, pues tengo visita a la isla del sol :)

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