ALGUNOS APRENDIZAJES 2019 (Medellín- Bello Oriente)





SABER PONER LÍMITES

Con mucha alegría he tenido la dicha de recibir en mi casa algunos niños en la cotidianidad de estos meses. Me han enseñado que dejar en claro de forma previa los límites, normas y condiciones nos ayuda a amar mejor, a vivir mejores relaciones, a una convivencia más armoniosa y a evitarles malos ratos a nuestros seres queridos. Nos facilita el ejercicio del respeto. Una práctica experimental que implementé con mi vecinita de seis años es que si comienza a agarrarlo todo sin permiso y usarlo a diestra y siniestra, o si está con otro amiguito y comienzan a pelear en vez de jugar y divertirse, deben salirse de la casa por cinco minutos. Definir de antemano cuáles son nuestros límites y hacerlos saber a las personas con quienes nos relacionamos y a quienes les sería útil conocerlos, también les permite a ellos respetar nuestro tiempo, respetar nuestras capacidades, los límites biológicos que pueden ayudar a un bienestar y equilibrio cotidiano. Respetar nuestras decisiones, nuestra autonomía.

Saber poner límites como forma de atajar la dispersión me lo enseñó un árbol en la huerta de Teofanía. Siento gran agradecimiento por su ser, porque esté allí, porque día a día nos mantiene aprovisionados de limones, y preguntándole cómo se sentía y sintiendo qué tal estaba, advertí que estaba sobrecargado de enredaderas, en muchos tramos ya marchitas. Sentí que le estaban privando del sol en esos días de invierno. Sentí que desenredarlo y liberarlo de sus cadenas de liana era la mínima contraprestación o servicio que podía yo ofrecerles a esos arbolitos (porque en realidad ese árbol no estaba solo), y mientras lo hacía me di cuenta que así me sentía yo también. Como un árbol al que le cuelgan muchas cosas. Me acordé de un cuento que me gusta mucho que se llama Dos Pajaritos ( http://dipacho.blogspot.com/2010/07/dos-pajaritos.html )

Poner límites nos ayuda con la dispersión, porque no estamos obligados a cargar todo lo que nos quieran achacar. A veces se dice que la vida o dios o el universo te da las responsabilidades porque eres capaz con ellas. Y lo que falta recordar allí es que tenemos la capacidad de definir cómo queremos vivir y entonces qué podemos encarar y a qué decirle NO. Porque lo contrario es convertirte en un empleado, un dependiente, un apéndice o un esclavo de alguien, o de alguienes. También uno puede elegir hacerse dependiente (o esclavo incluso) de una comunidad. Es cuando todo lo que la comunidad te dice que hagas, lo haces. Todo lo que la comunidad parece estar pidiendo, se lo das. Saber decir "te amo y la respuesta es NO" en el ámbito comunitario es tener criterios, principios y una moral sólida, en vez de dejarse llevar por la corriente. "Como todos piden esto, o hacen esto, lo hago".

Recibir los regalos materiales valorando el amor puesto en ellos más que el objeto en sí es un gesto bonito, y también lo es ir conociendo a los seres más cercanos, y con esa confianza permitirnos saber si el mejor regalo para la persona es un servicio, es una prenda de vestir o un accesorio envuelto en plástico. Permitirles a los amigos y familiares conocernos cada vez un poquito más, contándoles cómo estamos viviendo e informándoles de nuestras decisiones les ayuda a que respeten nuestra forma de vida, y permitirles que nos amen mejor. Por ejemplo, si siento que un regalo en plástico para mí no es tan regalo, porque no podría sentir alegría plena si me dan un regalo a cambio de que el planeta reciba plástico por doscientos años, o icopor por cuatro mil.






CONCRETAR

Situación: La niña más joven y tierna de la familia dice que quiere ver la televisión. Dice: "un poquito". Sabe que puede ver la televisión, y que debe ser "un poquito". La familia está de acuerdo en que un poco de televisión está bien. Sólo un poco. La posible tensión en la comunicación puede venir porque no sabemos cuánto es "un poquito". Nos nos hemos puesto de acuerdo, y ni siquiera sabemos cuánto es "un poquito" para cada uno. Entre los adultos, pareciera que hay una aceptación implícita de que "el poquito" es ese lapso de tiempo que comienza desde que la adorada niña empieza a ver televisión. Y no está muy claro cuándo termina. Siento que es necesario determinarse espacios y tiempos. Por ejemplo, dejar verbalemente establecido y el acuerdo claro de que la tele termina cuando se sirve el desayuno. 

Así mismo, verifiqué que el acceso a los bienes o servicios se facilita cuando tenemos un portafolio de alimentación, cuando sacamos las arepas y todos saben que vendemos arepas, cuando mi comunidad sabe que soy el soldador, cuando está definido que sé de carpintería, cuando sé que hay un lugar donde me puedo quedar y que es éste y que el aporte para el mantenimiento del lugar es voluntario en dinero o en trabajo. En suma, cuando el ofrecimiento es concreto. Los ofrecimientos gaseosos no tienen mucho efecto, cuando hacemos un ofrecimiento sin tiempo espacio determinado y ninguna de las partes se ocupa en concretar, pues es muy probable que efectivamente la cosa no se concrete. Lógica elemental. Igualmente, si acaso vendo algo, la diligencia que me cabe como oferente es valorar mi trabajo especificando cuál o a cuánto asciende la contraprestación por el intercambio. Cosa contraria, puede ser que esté desvalorando mi trabajo, los frutos que ofrezco, o puede implicar también una falta de diligencia y responsabilidad, ¿será mi caso? Bueno revisar.



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LAS DECISIONES SOBRE BIENES COMUNES SE TOMAN EN COMÚN. PLANIFICAR.

Sea un computador, una casa, un centro comunitario, un fondo común o un proyecto, cuando éstos son compartidos, resulta más armonioso para las relaciones tomar las decisiones de forma conjunta. No importa que sean bienes tangibles o intangibles, muebles o inmuebles, materiales o inmateriales; apropiarse de lo que es de todos tomando una decisión sin consultar con los implicados, que también pueden llegar a perjudicarse o beneficiarse de la decisión, es muy posible que traiga dificultades, sinsabores, enojos, además de manifestar que la persona se siente en el derecho de tomarse atribuciones que no le corresponden, manifiesta ego, protagonismo, etc. Quien se arroga el derecho de tomar decisiones en nombre de todos debería trabajar en sí mismo estas cuestiones, si se propone mejorar sus relaciones personales.

No quiere decir que debamos reunirnos en asambleas todo el tiempo, o destinar sesiones interminables de llamadas para preguntarle a todos los implicados si están o no de acuerdo y por qué. Por supuesto que ciertas decisiones pueden ser tomadas por una sola persona, y esto debe ser definido de antemano, entre todos, cuando comenzamos algo juntos. Preguntarnos y definir ¿Cómo se tomarán las decisiones? nos ahorra energías (tiempo, dinero, discusiones). Permite que seamos más eficaces y eficientes, porque hay ciertos asuntos que se tramitan de modo rápido y simple cuando quedan en manos de una o pocas personas, y ello lesiona menos los derechos comunes que cuando se espera a una reunión o asamblea general. 

En efecto, a veces podemos creer que el colectivo o el conjunto puede terminar lesionando nuestros derechos, y debe entenderse que muchas veces ello puede tener su causa en que no se definió de antemano cómo era que se iba a tomar la decisión. Es decir, que era nuestra responsabilidad clarificar esto al inicio de la relación comunitaria. Esto lleva a la importancia de definir principios, visiones, algunos aspectos organizativos desde el comienzo de las cosas. La importancia de una PLANIFICACIÓN.

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